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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Un año. Las Catedrales nocturnas.

Hoy hace un año que, con mucha ilusión, comencé este blog fotográfico.

Creo haber conseguido los objetivos que por aquél entonces me marqué, compartiendo mis escasos conocimientos, que generosamente habéis agradecido, recibiendo vuestros comentarios, hechos desde el respeto, la sinceridad, y la objetividad, y que nunca ha sido necesario moderar, compartiendo fotografías de momentos singulares con mi familia ... en definitiva: COMUNICANDONOS.

Por el camino, muchas personas se han sumado ... y algunas, decidieron dejarnos. Espero seguir estimulando vuestra curiosidad, ya sea con mejores imágenes cada día o información de utilidad que podáis emplear en vuestras propias imágenes. Y que dure mucho tiempo ...
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Para esta ocasión os mostraré las imágenes de mi última sesión nocturna aprovechable de este verano, realizada en la playa de Las Catedrales, en las cercanías de Ribadeo (Galicia/España).

La verdad es que Pilar no daba crédito cuando le dije, a las nueve de la noche y sin preaviso, que me marchaba a fotografiar solo a dicha playa, distante 50 Km de donde veraneabamos. Y es que las condiciones eran óptimas: una pleamar suficientemente tardía para evitar las pisadas de los visitantes, una bajamar suficientemente temprana para no volver muy tarde (no se que pensará Pilar de volver a las dos de la madrugada) y un cielo completamente despejado. Según iba hacia el oeste, mas se cubría ... y mas ganas me daban de volverme, pero me repetía que las sesiones siempre son aprovechables ... aunque solo sea para aprender.

Ya en la playa, solo había una pareja de fotógrafos dudando si entrar o no y cuando me vieron entrar decidido con el frontal, me siguieron en la distancia, quedándose en el primer arco, mientras yo me dirigía a los últimos. Inicialmente intenté fotografiar los tres arcos, pero mi relativa inexperiencia con el flash y algunos desafortunados movimientos que dejaron impresas mis huellas, hicieron que me centrara en el último de ellos. Un pequeño torrente del reflujo me llamó la atención y después de algunas pruebas, con puntos de vista, encuadres y menos con temperaturas de color y geles, conseguí algunos resultados aceptables.


 Las Catedrales. Arco final. V.
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm, flash, gel cálido, nivel y trípode.
30s, f/4.5, ISO800, 2700 K subido a 2900 K en el revelado, RAW revelado en DPP.
Eliminación de ruido con Neat Image y clonado de pixeles muertos.

Me faltaba un formato horizontal de la columna.

Las Catedrales. Arco final. H.
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm, flash, gel cálido, nivel y trípode.
30s, f/4, ISO800, 3000 K , RAW revelado en DPP.
Eliminación de ruido con Neat Image y clonado de pixeles muertos.

Según fotografiaba la columna, veía a mi espalda el arco del inicio iluminado con linterna por la pareja de fotógrafos, por lo que esperé hasta que ya no lo vi, momento en que me fui para aquella zona. Fotografié en la distancia, para disponer de una imagen del entorno, pero no caí en la cuenta de las pisadas que la pareja había dejado, motivo por lo que os lo presento con formato panorámico.


Las Catedrales. Arco inicial. Panorámica.
Canon 40D, Tokina 11-16 a 16 mm, flash, gel cálido, nivel y trípode.
30s, f/4, ISO800, 3000 K , RAW revelado en DPP.
Eliminación de ruido con Neat Image y clonado de pixeles muertos.

A la vista de los resultados, decidí acercarme y observé un bonito patrón dejado por la marea en la arena, que aproveché como primer plano. Muchas fueron las pruebas hasta conseguir una iluminación uniforme y razonablemente ténue.


Las Catedrales. Arco inicial. H.
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm, flash, gel cálido, nivel y trípode.
20s, f/4, ISO800, 3000 K , RAW revelado en DPP.
Eliminación de ruido con Neat Image y clonado de pixeles muertos.

Y poco más ... solo decir que he vuelto muy satisfecho del resultado obtenido en todas las sesiones nocturnas realizadas en solitario en estas vacaciones estivales en la costa asturiana y gallega.

martes, 4 de septiembre de 2012

Buscando la luz y el color ... en la noche (2). Premeditación frente a azar.

En la anterior entrada hablaba, entre otras cosas, de la premeditación en la toma de imágenes. No obstante, en mi experiencia, he llegado a la conclusión que si bien hay que planificar las salidas (en algunas ocasiones hasta el más mínimo detalle), con frecuencia los mejores resultados se obtienen al saber aprovechar momentos singulares que se presentan de forma imprevista, esto es, puro azar ... aunque, eso si, estar, hay que estar ...

En ese sentido, aún satisfecho con los resultados que había obtenido con las imagenes de la anterior entrada, veía mejorable la zona de arena del primer plano, además de faltarme alguna imagen en formato horizontal. Así pues, aproveché las visitas que haciamos a la playa para seguir los cambios que la marea provocaba en la arena, esperando encontrar elementos de interés adicional en ese primer plano ... y ya lo creo que los hubo.
 
Vigilando la evolución del primer plano en marea baja. CANON S100.
 
Lamentablemente, las mareas son caprichosas, particularmente en el Cantábrico, donde con marea viva puede haber una diferencia de altura entre la pleamar y la bajamar de hasta 4 m y los atractivos detalles que había observado en la zona intermareal en la bajamar de la mañana, en la de la noche habían desaparecido, encontrandome un charco donde en la sesión anterior había un montículo y desapareciendo completamente las estrias. Sin embargo, el fondo tenía unas ondulaciones en la arena muy atractivas, máxime teniendo en cuenta la preciosa mezcla de colores dorados y negros que tiene la arena de esta playa. Así que en primera instancia, me dispuse a buscar un encuadre similar a las imágenes de la sesión anterior, abriendolo eso sí, para darle mas peso en la composición al primer plano. Por otra parte, estaba completamente cubierto, mientras que en la sesión anterior había disfrutado de un cielo completamente despejado, cuajado de estrellas ...


Vigilante_1
Canon 40D, Tokina 11-16 a 13 mm, flash, gel cálido, nivel y trípode.
25s, f/4.5, ISO1000, 2700 K, RAW revelado en DPP.

Ese primer plano tenía muy buena pinta en la pantalla de la cámara y despues de varias tomas con distinta iluminación, decidí cambiar a formato horizontal, iluminando de una forma uniforme el primer plano.

Vigilante_2
Canon 40D, Tokina 11-16 a 12 mm, flash, gel cálido, nivel y trípode.
25s, f/4.5, ISO800, 2700 K, RAW revelado en DPP.

Me gustaban los resultados, pero pensé que quizá iluminando mas rasante obtuviera mas sombras en la arena de la izquierda y por tanto, mas volumen, además de apreciarse mejor la presencia del agua, al apreciarse menos su fondo, "separando" las rocas, de la arena de la izquierda.


Vigilante_3
Canon 40D, Tokina 11-16 a 12 mm, flash, gel cálido, nivel y trípode.
25s, f/4.5, ISO800, 2700 K, RAW revelado en DPP.

Me gustaba la idea, pero no los resultados, pues no veía detalle en la zona de agua y no se apreciaba el reflejo de la cara en el agua, por lo que aún requerí de una nueva toma en que iluminé más el charco.


Vigilante (versión final)
Canon 40D, Tokina 11-16 a 12 mm, flash, gel cálido, nivel y trípode.
25s, f/4.5, ISO800, 2700 K, RAW revelado en DPP.

Ni que decir tiene que todo lo relacionado con balance de color e iluminación de la entrada anterior, es aplicable a esta, si bien en este caso podríamos haber conseguido un cielo más dramático eligiendo un balance más cálido (por ejemplo 4000 K) y obviando el uso de geles en el flash (o uno mucho menos intenso). No obstante, los tonos conseguidos me agradan, además de ser fieles a lo que veía.

martes, 28 de agosto de 2012

Buscando la luz y el color ... en la noche (1). Dedicada a los pioneros.

Ya de vuelta en casa y revisando detenidamente las imágenes que he tomado este verano en el occidente asturiano, después de la impotencia y frustración que me causó el puñetero portátil con sus continuos problemas (mira que me lo decía un amigo: no compres ACER), puedo decir sin temor a equivocarme que este ha sido el verano de las nocturnas, si exceptuamos, claro está, las tomas familiares ... de las que también he cargado bien las alforjas al disponer de la nueva S100 y la carcasa submarina.

Han sido varias las sesiones de fotografía nocturna que he podido disfrutar y con una única excepción, todas junto al mar, marea baja, en solitario y frecuentemente, de madrugada.

La que más ilusión me ha hecho conseguir, es la siguiente:

Mirando al futuro con ilusión
Canon 40D, Tokina 11-16 a 16 mm, flash, gel cálido, nivel y trípode.
30s, f/4, ISO1600, 2500 K (subida a 2700 K en el revelado), RAW revelado en DPP.

Pero esta imagen no es fruto de la casualidad ... en absoluto.

Todo comenzó en las vacaciones estivales del pasado año. Mientras mis hijos se lo pasaban pipa haciendo body-board y castillos en la arena de una concurrida playa, yo curioseaba, aprovechando la marea baja. Si bien es raro que lleve conmigo en dichas circunstancias la reflex, pues se lleva rematadamente mal con la arena de la playa, siempre llevo una compacta, que me permite fotografiar detalles o localizaciones interesantes. Pues bien, en dicha playa, me fijé en una curiosa formación rocosa, relativamente pequeña pero realmente atractiva, que asemejaba una cara aguileña observando el cielo.

Localización. Canon S2 IS.

Imaginé dicha formación fotografiada una noche despejada, sin luna, marea baja y con un contrapicado ... en definitiva, la previsualice. Lamentablemente mis vacaciones son finitas y no se dieron las condiciones referidas, por lo que he debido esperar todo el año. Ni que decir tiene que este año, a la primera oportunidad que tuve en que confluyeron todas las condiciones, puse pies en polvorosa. En este punto debo decir, que mi mujer es una santa ... y los que tienen hijos, lo entenderán ...

Llegado al lugar "de autos", lo primero es buscar el encuadre. Si importante es mirar (sin cámara) al hacer una fotografía diurna, mas lo es en fotografía nocturna, pues poco vereis a través del visor, máxime en días de luna nueva. Una vez elegido el "punto", montamos la cámara en el trípode y ayudados de una linterna vamos afinando el encuadre.

Después toca elegir los parámetros del disparo. En este caso, deseaba registrar las estrellas como puntos y con su máxima intensidad, por lo que elegí ISO 1600 y un tiempo de exposición de 30 s (el máximo que permite la cámara sin disparador remoto y cercano a los 25 s correspondientes a una focal de 16 mm y la regla de 600/focal equivalente). El diafragma lo fijé en f/4 (mucho más nítido que la apertura máxima de f/2.8) que para esta focal me permite tener todo enfocado desde 1.5 m hasta infinito ... aunque sinceramente, el enfoque lo hice manualmente a infinito (ojo y no confundir con el tope del enfoque del objetivo ... que debe estar en la Conchinchina).

Después toca uno realmente delicado: la temperatura de color. Si lo dejáis en AUTO, la cámara registrará un cielo con intensos matices anaranjados, que con frecuencia es mucho más cálido que lo que vemos con nuestros ojos, así que es recomendable hacerlo manualmente. Empezar por la temperatura de color mas fría que permita la cámara suele ser una buena aproximación si queremos un cielo azulado y después ir realizando aproximaciones sucesivas. Yo hice varias pruebas, de las que os muestro las más extremas.

Comparativa temperaturas de color

Obviamente, la elección dependerá del resultado que querais obtener; en mi caso me quedé con la de 2500 K, de forma que se reflejara un cielo "natural", cercano a nuestra experiencia.

Después toca iluminar, lo que podemos hacer con linterna o flash. Yo, para estas tomas, decidí emplear el flash, pues es muy flexible, permitiendome modificar la apertura del haz (desde el ángulo correspondiente a una focal de 24 mm hasta una de 100 mm) así como su potencia (desde 1/1 hasta 1/128), además de facilitarme el montaje de geles estándar de distinto color (juguete que me acababa de agenciar y tenía ganas de estrenar).

Puestos a buscar naturalidad y habiendo elegido una temperatura de color fría, debemos iluminar con un tono de color que "neutralice" la referida frialdad en el primer plano, lo que se  hace empleando laminas coloreadas sobre el flash, que se conocen como geles. Inicialmente probé con el rojo y el resultado fue, como poco, grotesco. Después con los anaranjados mas claros, pero el matiz azulado no se neutralizaba, por lo que terminé empleando el mas oscuro.

Y después viene el aspecto mas creativo de la fotografía nocturna en que la fuente de luz es artificial y la aportamos nosotros: la dosificación de la misma. Para el primer plano, empleé varios disparos de 1/128 de potencia, con el zoom siempre en posiciones menores de 50 mm (preferentemente 24 mm) y para el plano medio (que se aprecia poco), plena potencia y el zoom en 100mm.

No os aburriré con todas las imágenes que tomé, solo las que considero mas representativas.

En primer lugar, aquella tomada mas "plana", esto es, con iluminación basicamente frontal y elevada.

Iluminación frontal

Como podéis ver, el resultado es muy parecido a la imagen final, excepto en la arena del primer plano, en que no se aprecian volúmenes (no hay sombras). Por otra parte, con una iluminación en que predomine la componente lateral (izquierda en este caso), se acusan los volúmenes, al crear sombras.

Iluminación lateral

No obstante, en este caso, el precio que hay que pagar es que se "difumine" la cara que había visualizado, perdiendo algo del mensaje, aunque indudablemente, ganando impacto.

Y poco mas. Recordar lo que indico en el pie de foto que abre la entrada: que en el revelado posterior ajusté ligeramente la temperatura de color, pasando de 2500 K a 2700 K, para ajustar los tonos de la roca a unos mas naturales (in situ se podría haber hecho sumando al gel usado otro cálido muy claro).

La eliminación de ruido en DPP (media en crominancia y suave en luminancia) no ha hecho necesario posteriores tratamientos con reductores de ruido, siendo la única edición aplicada el enfoque despues de reducción de las imágenes. De los puntos muertos del sensor (puntos verdes o rojos en el fotograma original, ya hablaremos en otra ocasión ... pero baste decir que alguna "estrella" en realidad no lo es (pocas y muy tenues).

Espero que estos breves apuntes puedan servir a los que comienzan en este entretenido y creativo campo de la fotografía de paisaje y en cualquier caso, agradecería conocer vuestras impresiones sobre las distintas variantes aquí mostradas. Gracias.

Continuará ...

Pd.: Esta entrada se la quiero dedicar a los pioneros, pero en especial a uno que nos ha dejado hace solo unos días; uno de esos hombres que por perseguir un sueño, por curiosidad o por constructiva ambición, no dudan en poner en riesgo su propia vida, convirtiéndose en iconos ejemplares para generaciones enteras: Neil Armstrong. Pero también a pioneros anónimos, como nuestros nuevos amigos del pueblo La Urz (acepción leonesa de brezo) de la comarca de Omaña (León): Encina e Israel y sus hijos Iris, Mateo y Daniel, con los que tan buenos momentos hemos pasado estos días y que nos han sorprendido con su singular y ejemplar iniciativa de repoblar bellos lugares de nuestra geografía. Va por ellos ...