domingo, 1 de septiembre de 2024

Una fotografía ... múltiples historias

¿No os ha sucedido que tras compartir una imagen habéis pensado que ese encuadre no mostraba debidamente todos los detalles que contenía la fotografía, llegando a "invisibilizar" algunos de ellos. Creo que es porque los fotógrafos, que nos esforzamos en conseguir el mejor encuadre en el disparo, tenemos cierto "apego" por ese encuadre original y al reducir la resolución de las fotografías que compartimos nos convertimos en parte del problema. Ahora, más que nunca, los sensores de las cámaras, que tienen una altísima resolución (en el caso de la R7 llega a los 32 Mpx), nos permiten reencuadrar parcialmente la fotografía, centrándonos en ciertos detalles de forma "que cuenten mejor su historia".

Como muestra, os traigo una fotografía que realicé estas vacaciones en los ratos que paseaba por un riachuelo cerca del camping en que nos alojamos, con la R7 y el RF 100-500, combinación excelente para fauna (no así para aviones ... Canon, tienes que actualizar el software), por la resolución, velocidad y autofoco de la cámara y la impresionante calidad de esta lente, que lo mismo vale para cazar fauna, que para un macro o para un paisaje.

Se trata de una pareja de caballitos del diablo azules (Calopterix virgo) copulando, imagen que he visto muchas veces pero que no había tenido ocasión de fotografiar. Como no podía ser de otra manera, la primera imagen corresponde a un encuadre casi original (reencuadre para equilibrar la escena), mostrando el sujeto y su entorno.

Cópula de caballitos del diablo azules, en contexto
Canon R7, Canon RF 100-500 f/4.5-7.1 L IS USM a 500 mm
1/320s, f/8, ISO1000, comp exp +2/3, RAW revelado en DPP+NNIPT

El siguiente reencuadre correspondería exclusivamente a los sujetos en acción, libres de distracciones, centrados en la cópula, en como el macho sujeta a la hembra por la cabeza con sus cercoides (una especie de dedos al final de su abdomen), mientras la hembra acerca su abdomen al del macho para que este pueda transferirle su esperma y fecundar los huevos ... todo ello, formando con sus abdómenes una suerte de corazón, que no puede simbolizar mejor el momento a nuestros ojos.

El siguiente reencuadre nos llevaría a observar de cerca al macho, su magnífico colorido con reflejos metálicos, a la intrincada estructura de sus alas, a esos pelos que cubren todo su exoesqueleto ... y por supuesto el punto de los abdómenes en que se produce el intercambio del fluido que convertirá los huevos en vida.

Y por último, un reencuadre (algo difuminado en este caso) en que se nos cuenta la historia de la hembra, sujeta por la cabeza por el macho y en que sobre todo destaca la variedad de colores que muestra, entre el verde y el marrón y la relajación de sus extremidades.

Ya veis, son muchas las historias que puede contar una fotografía (y bien que lo saben los reporteros gráficos), así que merece la pena mirarla y remirarla hasta llegar a contarlas todas, contar la más interesante ... o la que nos interesa.

¿Cuál es la que más os agrada a vosotros?

Pd.: picad las imágenes y F11 para verlas en alta resolución

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