viernes, 13 de abril de 2012

Paraisos perdidos

La pasada semana, Pilar y yo, disfrutamos de los paraísos perdidos. Y lo digo en plural, porque tiene un doble sentido, literal  y simbólico.

Visitamos el Cabo de Gata (Almería), un lugar singular, sin duda un paraíso perdido, pues a pesar de los cuidados que se le prestan, poco a poco se deteriora: antiguas actividades extractivas, que han dejado una huella indeleble en alguno de sus más bellos parajes, las amenazas de urbanización, que se perciben año tras año, la masificación y la falta de educación cívica, que juntas hacen que hasta en los lugares mas recónditos encuentres suciedad y prácticas ilegales del numeroso tráfico marítimo, que ensucian irremediablemente algunas calas. Aunque, en cierto modo, todos los que lo visitamos, en mayor o menor medida, somos responsables ...

Y lo visitamos solos - como aquellos veranos, ya lejos en la memoria, cuando comenzabamos nuestra relación - sin niños. Visitamos ese paraiso perdido de las parejas con hijos: el de la intimidad. Fue un regalo que nos hicieron nuestros cuñados Pepe y Conxa y nuestros sobrinos Daniel e Isabel, que gustosos aceptaron quedarse con nuestros tres "angelicos" durante tres días y respectivas noches. Muchas gracias, familia ... (repetiremos ... si nos dejáis).

Aunque en realidad no éramos una pareja, sino un trío: Pilar, yo ... y la cámara. Ella ya está concienciada en que tiene que compartir parte de mi tiempo con ese aparatico, aunque en esta ocasión evité los madrugones, algo que sufrió el año pasado.

Llegamos prácticamente al atardecer y la puesta de Sol se me escapó entre los dedos. Por la zona de Monsul fotografié la Luna llena tras los montes cubiertos de agaves y pensé que por su localización bien podría jugar con su reflejo en la playa teniendo como fondo, La Peineta, conocida formación de dicha playa. Fotografiar en la zona bañada por las olas es un enredo, pues el suelo bajo el trípode no es estable, lo que con frecuencia produce imágenes movidas o con doble exposición.


Reflejos de plata
Canon 40D, Tokina 11-16 a 16 mm, tarjeta negra y trípode.
25s, f/8, ISO800, RAW revelado en DPP.

Pilar me esperaba en el coche, pues el poniente era de impresión, así que después de una docena de tomas, enredando con la cartulina negra y jugando a no mojarme los pies y no se cayera el trípode y la cámara, plegué, con intención de irme ... pero fue darme la vuelta y ver el cielo estrellado y el cuerpo me pidió "más".

Sobre el horizonte, destacaba Venus, junto a las Pléyades, así como Orión y ese regalo del firmamento que son las Tres Marías. La noche era especialmente clara, pues el intenso poniente había borrado todo rastro de nubes. Buscaba un punto de vista que me permitiera tener un primer plano claro, el muro de roca con las viseras, un plano medio separado, la costa y el firmamento de fondo, en que se apreciara bien Venus, pero para conseguirlo tenía que mantener cierta distancia del muro y un punto de vista muy bajo, poniendo en riesgo la cámara, que se llenaría de arena, así que acepté un compromiso, en que la visera se confundía con los acantilados del fondo ... otra vez será. Me llamo mucho la atención, lo rápidamente que se ensuciaba el objetivo de la salpicadura del mar, dejando una película como aceitosa, que limpiaba entre tomas.


Venus
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm y trípode.
25s, f/5.6, ISO800, temp color 4000K, RAW revelado en DPP.

Al día siguiente y después de conocer algunas calas que en estos años nos pasaron desapercibidos, visitamos una localización que se caracteriza por unos claros acantilados formados por dunas fósiles y desde la que podría ver a la perfección la salida de la Luna llena, justo al atardecer.

Mientras esperaba la puesta del Sol (solo siete horas ... Pilar casi me mata ...), busqué algunos encuadres que me resultaron curiosos, para matar el gusanillo y probar la técnica del tapado con una cartulina negra (en realidad fabricada con el plástico negro de unos estuches de DVD ... mucho más barato que los filtros Lee).



Reflejos
Canon 40D, Tamron 17-50 a 19 mm, filtro neutro 3p, degradado neutro suave 2.5p, tarjeta negra y trípode.
3.2s, f/16, ISO100, temp color 6500K, RAW revelado en DPP.


Convergencia
Canon 40D, Tokina 11-16 a 12 mm, filtro neutro 3p, degradado neutro suave 2.5p, tarjeta negra y trípode.
6s, f/14, ISO100, temp color 6500K, RAW revelado en DPP.


La espera es larga y la meteorología no contribuye a hacerla menos dura: en las zonas soleadas el viento es insoportable y arrastra arena que hace daño y a sotavento te sumerges en una umbría que obliga a abrigarse, cuando hace unas horas, los mas valientes se bañaban (... ;-) ...). Al fin el Sol se pone y puedo fotografiar la duna fósil con un cielo despejado y un bonito degradado de tonos.


Historia fosil
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm, filtro neutro 3p, degradado neutro suave 1.5p y trípode.
15s, f/14, ISO100, temp color 6500K, RAW revelado en DPP.

La salida de la Luna, aún esperada, no deja de sorprenderme y después de algunas tomas con tele, me hace correr por la playa con todos los achiperres a cuestas, ante la atónita mirada de unos excursionistas que iban a disfrutar de la cala en soledad esa noche y con quien Pilar conversaba.


Duna fosil
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm y trípode.
25s, f/11, ISO100, RAW revelado en DPP.

Ya de noche y a la luz de las frontales, 45 minutos de sendero, GPS en mano, nos llevarían hasta el coche.

El día siguiente, sin prisa pero sin pausa, hicimos un largo recorrido por las calas del Barronal, precioso monumento natural en que se manifiesta el vulcanismo y los procesos de erosión de esta Gaia que habitamos.


Procesos de erosión
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm, a pulso.
1/125s, f/11, ISO100, temp color 5500K, RAW revelado en DPP.

Y ahora una fotico del año pasado, en la que se ve a Pilar aprovechando el tiempo con un libro, mientras yo enredo con mis jugueticos. Como decía en una web de fotografía a la que he vuelto después de algunos meses de voluntaria ausencia:

TÚ eres la estrella que más brilla en mi firmamento. Muchas gracias por ser tan paciente conmigo.


Pilar
Canon 40D, Tamron 17-50 a 17 mm, filtro degradado neutro, polarizador y trípode.
1s, f/16, ISO500, RAW revelado en DPP.