Después de 16 años disfrutando nuestras vacaciones estivales ininterrumpidamente en distintos lugares de la costa asturiana, este año queríamos ampliar horizontes ... aunque solo fuera parcialmente, porque los chicos no me perdonarían que faltáramos a nuestra cita luarquesa anual.
Cuando comenzamos a buscar destino, estaba yo dándole vueltas a irme a La Palma a fotografiar los tajinastes en flor a finales de primavera, pero ya había poca disponibilidad de vuelos y no hacía mucho tiempo que había vuelto de Islandia, por lo que se podía considerar "abuso". En esta tesitura pensé que no estaría mal hacer una visita con la familia este año y disfrutarla al mismo tiempo que la reconocía, de forma que si pudiera ir el año próximo, fuera a tiro hecho. Además, sería la primera ocasión en que los chavales volarían, cosa que en el fondo, sabía que les gustaría. Tenía el "placed" de Pilar, así que a buscar información.
Después de hacerme con una guia de recorridos de la isla, un buen par de mapas, descargar innumerables tracks y visitar mil y una webs, me iba dando cuenta de lo variada, salvaje y poco masificada que está, incrementando mi interés por ella. Zonas tremendamente húmedas en el este, áridas en el oeste, los mayores desniveles que se pueden encontrar en una isla, pasando de 0 a 2400 m en poco mas de 6 km, una historia geológica realmente interesante, con numerosas coladas volcánicas, volcanes relativamente recientes y una caldera, la del Taburiente, absolutamente excepcional. Por si esto fuera poco, uno de los mejores cielos para observar el firmamento del hemisferio boreal. Lo íbamos a pasar bien ...
Al día siguiente de nuestra llegada ya estábamos subiendo al mirador del Roque de los Muchachos y disfrutando de sus excelentes vistas. Sin embargo, el fotógrafo se llevó un chasco: la cancela de la carretera que sube al mirador se cierra por la tarde y hasta la mañana siguiente ... imposible nocturnas en esta localización ... una pena. El mirador de los Andenes lo vi muy enclaustrado y con poco espacio para aparcar, así que busqué otra localización ... que encontré no lejos de allí.
Dos fueron las noches que subí allí, con objeto de hacer paisaje nocturno y astrofotografía. De las primeras, os muestro hoy un par de imágenes y de las segundas os las mostraré pronto en una entrada específica. Solo decir que jamás había visto una Via Lactea tan nítida, pudiendose percibir por el rabillo del ojo la nebulosa del Caballo Oscuro, en Ofiuco.
Una primera imagen: el núcleo de Via Láctea poniendose sobre el lado oeste de la isla, con un mar de nubes en la caldera de Taburiente, la silueta del pico Bejenado (segundo volcán que se formó en la isla tras el Taburiente), la iluminación de Tazacorte en las nubes y las tenues luces del Hierro en el horizonte (izquierda).
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La Via Láctea sobre la caldera
Canon 6D, Carl Zeiss Distagon 25mm f/2 ZE, filtro Hoya Red Enhancer y trípode
Panorámica vertical compuesta por dos imágenes horizontales
20s, f/2.5, ISO6400, RAW revelado en Lightroom y compuesto con PTGui
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La segunda imagen, de unos días antes, despues de una sesión de astrofotografía y cuando la Luna ya estaba sobre el horizonte, iluminando la cuerda de la caldera y con una Via Lactea ya muy apagada sobre Tazacorte. A la izquierda Marte (tomada a primeras horas del 04/08).
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Cordal de la caldera bajo la luz de la Luna
Canon 6D, Canon EF 16-35mm f/4 L IS USM a 16 mm, filtro Hoya Red Enhancer y trípode
Panorámica horizontal compuesta por cuatro imágenes horizontales
30s, f/4.5, ISO2500, RAW revelado en Lightroom y compuesto con PTGui |
No serán las últimas imagenes de paisaje nocturno de La Palma que os mostraré, pero ya serán desde otra localización.
Pd.: picad las imágenes y F11 para verlas en alta resolución ... y una habitación oscura.