Los que tenéis hijos sabréis que lo que le das a uno, se lo tienes que dar a los demás. Carlos disfrutó hace algunos meses de su primera acampada en la montaña, que conté en
esta entrada, y ahora era el turno de Lucas, mi mediano, de 9 años.
Hacía mucho tiempo que no subía a fotografiar al Pirineo y en particular, el otoño, hacia dos años (algún día tendré que preparar una entrada con aquellas imágenes, que me gustan particularmente), así que decidí encaminar hacia allí nuestros pasos, concretamente a Ordesa, pues aún sabiendo que es un destino fotográfico poco original, como destino de un viaje de descubrimiento para un chaval no tiene rival, dada la majestuosidad del valle. Ahora iría pertrechado con mejor equipo (filtros, angular) y para Lucas, que le gusta mucho la fotografía y tenía un cascajo, decidí comprar una cámara todo-terreno Fujifilm XP50 (ya sabéis: mas vale prevenir que curar).
La noche del viernes llegamos a Ordesa, que nos recibió con lloviznas, nubes bajas ... y Vicente Benedito, un buen amigo que conocí en Fotonatura y que nos acompañaría ese fin de semana. A pesar de ver algunas estrellas durante la noche, cuando nos levantamos, antes del amanecer, el valle estaba cubierto y chispeaba. Todavía de noche, comenzamos a caminar por la senda principal y en un punto del camino, ya conocido de anteriores excursiones, paramos a fotografiar las primeras luces sobre el valle. A decir verdad, pillamos los colores del bosque en su mejor momento y empapado como estaba, el colorido era brutal, tanto, que Vicente bromeaba diciendo que tendríamos que desaturar las imágenes, pues de lo contrario todo el mundo pensaría que nos habíamos pasado con la saturación ... juzgad vosotros mismos.
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Primeras luces
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm, filtro degradado neutro suave y trípode
1/5s, f/8, ISO200, Temp color manual en 7500 K, RAW revelado en DPP.
Fusión manual de dos revelados de la misma toma (me quedé corto con el degradado ...). |
Un poco más allá, hicimos la preceptiva parada en la cascada del Estrecho, donde desistí de intentar mejorar las tomas de hace dos años, por el fuerte viento que había y que levantando el agua de la cascada, empapaba los filtros, las lentes, la cámara ... todo, así que remonté algunos metros el río para tomar algunas fotos de una localización que tenía pendiente.
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La quilla
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm, filtro degradado neutro suave y trípode
1 s y 1/13 s, f/11, ISO100, Temp color manual en 7500 K, RAW revelado en DPP.
Fusión manual de dos tomas. |
Vicente me había comentado que quería conseguir una foto con las hojas volando en el estrecho, pero inevitablemente se encontraba con el spray de agua que le empapaba el equipo (menos mal que está mejor sellado que el mio ... que inevitablemente comenzó a hacer cosas raras). Y aquí es donde entró en acción mi Lucas, que ni corto ni perezoso lo consiguió con una de las tomas de una pequeña serie. Personalmente, me gusta mucho.
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La cascada del Estrecho ... según Lucas
Fujifilm XP50 ... a pelo.
1/125 s, f/4.8, ISO400, JPG editado en DPP. |
Cuando volvíamos al camino, lo encontramos fotografiando unos hongos que crecían en el tronco de un haya ... y ni cortos ni perezosos, le "fusilamos" el motivo.
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Copiando a un menor
Canon PowerShot S100 a 14.9 mm
1/50 s, f/5.6, ISO400, RAW revelado en DPP |
Un poco más arriba me volví a deleitar con los detalles de una poza que, para mí, es uno de los rincones con mayor encanto del parque. Lamentablemente, fue un coitus interruptus pues no llevaba ni 15 minutos allí cuando un guarda del parque se bajo del todoterreno que conducía por el camino y me invitó a abandonar el lugar si ya había terminado de fotografiar, por encontrarme fuera de los caminos marcados y por mi "seguridad" ... ¡¡ coño, como si me fuera a caer a la poza !!.
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Dejando pasar el tiempo
Canon 40D, CANON 70-300 a 130 mm, filtro neutro de tres pasos y trípode
0.8 s, f/11, ISO100, Temp color manual en 6000 K (cambiada a 6500 K en el revelado), RAW revelado en DPP. |
A partir de este momento comenzamos a ver subir mucha gente, particularmente fotógrafos, que habían madrugado mucho menos que nosotros, por lo que conseguir encuadres libres de gente comenzó a ser difícil. Llegados a las gradas de Soaso tuvimos que sortear a los participantes de algún curso de fotografía de paisaje para conseguir alguna imagen. En este punto, me habría venido bien haber metido una de las esquinas oscuras del degradado neutro mas claro en la zona en que se veía el cielo, pero los estúpidos de Lee han decidido colocar allí los datos del filtro (incluido el mes y año de fabricación ... como si a mi me importara un carajo) con letras impresas en ¡¡¡ amarillo !!! ... ¿se puede ser mas imbécil?.
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Dejando pasar el tiempo
Canon 40D, Tokina 11-16 a 11 mm, filtro neutro de tres pasos y trípode.
1/5 s, f/11, ISO100, Temp color manual en 6000 K (cambiada a 6400 K en el revelado), RAW revelado en DPP. |
En la otra orilla las ramas de haya colmadas de hojas de todos los colores eran agitadas por el fuerte viento que se comenzaba a levantar, por lo que decidí calar el filtro de diez pasos HOYA para dejarlas movidas y contrastando con el color del agua y la estaticidad de las rocas del río. Comentar, que me sorprendió desagradablemente el matiz amarillento con que se tintan las imágenes con este filtro de cristal, difícil de eliminar durante el revelado.
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Contrastes
Canon 40D, Tamron 17-50 a 31 mm, filtro neutro HOYA de diez pasos y trípode.
30 s, f/8, ISO200, Temp color manual en 6000 K, RAW revelado en DPP. |
Nos encaminamos hacia la Cola de Caballo, la cascada que remata el valle, más con intención de que Lucas la conociera que por interés fotográfico. Fué salir del bosque y la sensación térmica se desplomó, pues hacía un viento realmente fuerte, tanto que el agua de muchas de las cascadas que jalonan el valle no llegaban a tocar el suelo. Ya de vuelta, al fuerte viento se unió la nieve y esa ventisca nos dejo momentos de luz realmente bonitos.
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Una parada en la ventisca
Canon PowerShot S100 a 5.2 mm
1/250 s, f/6.3, ISO80, RAW revelado en DPP |
De vuelta en el bosque, a cubierto del viento, pero no de la incipiente nevada, pasamos junto a la cascada de la Cueva, lugar que no conocía y que nada tiene que envidiar a muchos paisajes clásicos. Primero un punto de vista elevado, para encuadrar la corriente del rio aguas abajo.
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Cascada de la Cueva I
Canon 40D, Tokina 11-16 a 12 mm, filtro neutro de tres pasos y trípode.
0.5 s, f/9, ISO100, RAW revelado en DPP. |
Y después un punto de vista a ras del agua, para incluir en el encuadre algunas hojas caidas de haya.
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Cascada de la Cueva II
Canon 40D, Tokina 11-16 a 15 mm, filtro neutro de tres pasos y trípode.
1.6 s, f/11, ISO100, RAW revelado en DPP. |
El Sol comenzaba a ponerse y la nevada no remitía, así que era momento de buscar abrigo o sería la última vez que Lucas querría venir conmigo a la montaña ...